El mensaje del libro SPRINT: Cómo resolver grandes problemas y testear nuevas ideas en sólo 5 días

Imagen de pixabay

Imagen de pixabay

Hace tiempo que no me he leído un libro tan útil. Se trata de Sprint: Cómo resolver grandes problemas y testear nuevas ideas en sólo 5 días. El libro es un DIY (Do It Yourself) para aprender a diseñar posibles soluciones y verificar su viabilidad desde el punto de vista del negocio en tan solo semana. Es verdad que no sólo vale con leerse un libro, pero seguro que los casos prácticos que se incluyen pueden inspirarte para que lo apliques. 

Este método te permite validar la percepción del cliente antes de construir el producto o implementar el servicio. Forma parte de la corriente Lean, Design Thinking y del Agile pero, a diferencia de estas metodologías, Sprint es un método es cerrado: Es una propuesta completa en sí misma. Si lo aplicas bien, en 5 días se puede obtener la validación de prototipo concreto y conciso.
Sprint se aplicó en startups como Slack, Uber, Medium o Hubspot ¡entre otras! ¿No vale la pena saber de qué va el método que ayudó por ejemplo diseñar el Chatbot de Slack?
En este post te explico las razones por las que me gusta tanto este método y espero que para cuando lo leas te convenza de que te apuntes al curso de Sprint por email que he preparado.

 

En esta secuencia de envíos te contaré los pasos principales de este método y te guio por otras herramientas de las otras metodologías mencionadas en caso de querer profundizar más. Utilizar Sprint te ahorrará mucho tiempo, ¡no lo dudes!


Carátula del libro SPRINT “Cómo resolver grandes problemas y testear nuevas ideas en sólo 5 días”

Carátula del libro SPRINT “Cómo resolver grandes problemas y testear nuevas ideas en sólo 5 días”

El libro arranca proponiendo una serie de condiciones que al principio no entiendes y tienes la impresión de volver al colegio. Sugiere, por ejemplo, dejar el móvil a un lado, no tocar el portátil y ponerte a trabajar con papel, lápices, goma y pizarras. Pero, una vez que lo pruebas, te das cuenta de que tiene todo el sentido del mundo y de que, cuando se está creando algo, es mejor dejar lo digital aparte y ponerle foco en lo que estás haciendo.


No en vano, justo ahora el escritor de Sprint Jake Knapp, está terminando los últimos retoques a lo que será su próximo best seller que se titulará “Make Time”. Este segundo libro trata sobre cómo aprovechar el tiempo gracias a la aplicación de técnicas eficientes para evitar distracciones, aumentar la energía y centrarte en el trabajo que importa. Yo he tenido la suerte leer el primer capítulo, aunque todavía no está publicado y ¡me ha encantado! Qué importante es hoy en día escuchar todo aquello que nos centre, que nos ayude a estar en el “Aquí y en el Ahora”. En mi caso, por ejemplo, mucha gente piensa que yo soy híper eficiente, pero lo que hago simplemente es aplicar la actitud de un meditador en las cosas que hago en el día a día para centrarme en lo que hago.
Pero volviendo a Sprint, Jake junto con John Zeratsky y Braden Kowitzy de Google Ventures (GV) cuentan en este libro cómo conducen a emprendedores a crear y validar sus ideas, es decir a experimentar en muy poco tiempo y con potenciales clientes aquello que están creando.

Y es que este método te ahorra tiempo en un momento en el que es importante optimizarlo, cuando estás concibiendo una posible solución a una necesidad. Pero llega un poco más allá que una simple sesión de ideación ya que…

  1. Combina las técnicas de prototipado ágil del Design Thinking con muchas de las herramientas del mundo Agile/Lean-Startup y esa hibridación de técnicas es efectiva.

  2. Aprovecha la capacidad del trabajo en equipo, la toma de decisiones de forma ordenada, y el valor de la creatividad individual. Es decir, propone un equilibrio entre el trabajo colectivo y el individual.

  3. Os ayuda a descubrir qué es más útil hacer y cómo aprovechar el tiempo de trabajo para crear algo con significado, a definir el trabajo que importa.


Hibridación de técnicas

En el post “Cómo se aplican las metodologías Design-Thinking, Lean, Agile y Growth Hacking de manera eficiente” ya te conté mi visión acerca de lo útil que es mezclar estas metodologías y la razón de intentarlo. Pero la verdad es que hacerlo bien es complejo y, sinceramente, no está al alcance de todos. Sprint propone una forma parcial y sencilla de hacer esto, o al menos una manera de empezar a hacerlo.

Para que te hagas una idea, si reflexionamos sobre la gráfica que desgrano en el post mencionado, este método cubre algunos puntos de la curva roja (Design Thinking) y la amarilla (Lean Startup), pero sin pasar por la azul (Agile). 

El círculo amarillo del gráfico es lo que cubre parcialmente el método sprint.

Pero vamos más allá en esta interpretación: En Sprint se utilizan técnicas de ideación para mapear cuál es el problema y el segmento objetivo ahondando en el perfil del potencial cliente como lo puedes hacer a través de la herramienta de Persona, te enseña a diseñar bocetos de la solución utilizando técnicas de storyboard y de prototipado, ayuda a tomar decisiones en un tiempo razonable mediante el método de Dot voting entre otros, y aplica las técnicas de entrevistado de solución de Lean Startup para validar el prototipo con tus potenciales clientes y obtener su opinión sincera.


Equilibrio entre el trabajo colectivo y el individual

Sprint propone momentos en los que la actividad colectiva es la fuerza motora del proceso, y acciones individuales donde cada miembro del equipo aporta su conocimiento y experiencia. El trabajo individual es la oportunidad que se ha de dar a la creatividad de uno mismo para crear algo nuevo. En ciertos puntos del proceso, las ideas de cada uno se hibridan de forma coherente para avanzar y la forma en la que propone tenerlas en cuenta, es elegante a la par que sencilla.
Por un lado, se aplican criterios democráticos que permiten dar espacio a cada persona y escuchar su visión. Por otro, el método deja claro que la democracia está muy bien para gobernar un país, pero no es apta para abordar un sprint, siendo responsabilidad del Decisor (CEO, jefe de producto o jefe de diseño de la empresa…) la última decisión en los puntos críticos del proceso.
Por ejemplo, una de las técnicas individuales más efectivas es la llamada Prototipar en cuatro pasos. Esta herramienta anima al participante a garabatear sobre las ideas y plasmarlas en un papel doblado cuatro veces por la mitad para crear 8 variaciones de cada una de ellas en solamente 2 minutos. Al principio uno piensa ¡Estamos locoso! (“this is crazy!”) y así es justo cómo se llama el método: los Crazy 8s. Al final esta sencilla herramienta, resulta una forma genial de rediseñar una idea 8 veces preguntándote ¿cómo se puede hacer esto de otra forma? Al final del proceso se comparten los resultados y siempre se saca valor al trabajo individual, piensa que hay en torno a siete personas haciendo lo mismo.
En el caso de la construcción del prototipo el trabajo es conjunto, pero se reparte de forma que no quede ningún hueco sin realizar. Algunos de los miembros se encargan de la construcción de los componentes individuales (pantallas, páginas, piezas…), otros de unir esas piezas, de preparar las preguntas de las entrevistas, o de definir la línea gráfica o estilo del conjunto buscando los recursos necesarios para el prototipo tales como fotos, iconos, tipos de letra, y ejemplos de contenidos.


El trabajo que importa

Sprint es una ventana para el trabajo eficiente, para la apertura de mente y para la conciliación de ideas entre gente diferente. El perfecto equipo para abordar un sprint está formado por una diversidad de perfiles heterogéneos que permite la aparición de las soluciones inesperadas. Y esto une mucho, sobre todo cuando este grupo trabaja codo con codo desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde durante cinco días consecutivos y sin hacer otra cosa.

Todavía recuerdo cuando la vida me obligó a trabajar de esta forma con un compañero hace tiempo en Barcelona. Al principio pensaba que no lo podría soportar, él era tan diferente a mí, tenía una visión tan dispar… y sobre todo necesitaba otro ritmo de trabajo, hacía preguntas sin parar y no me dejaba concentrarme en mi código. Pero, a medida que pasaba el tiempo, los dos podíamos comprobar que las habilidades y capacidades del compañero tenían valor, y llegó un momento en el que nos relajamos y tuvimos una predisposición mayor a colaborar, simplemente empezamos a confiar en las capacidades del otro y en la increíble posibilidad de que, la combinación de aquellas con las de uno mismo, nos permitía ir un paso más allá. Todavía recuerdo como fuimos capaces de diseñar y desarrollar una aplicación para evaluar la viabilidad de las solicitudes de hipotecas del banco en tan sólo 3 semanas. No era un Sprint, pero fue todo un éxito, los directivos no se lo creían. ¡Gracias Héctor, por ser tan diferente a mí, y tan valioso profesional!
Pero esa es otra historia, yo te quiero convencer de que le eches un vistazo a este método. Si el equipo se mantiene unido hasta el final, Sprint te ofrece resultados. 
Yo siempre digo que Sprint nunca es un fracaso ya que algunas veces ayuda a invalidar las ideas en tan poco tiempo y con tan poco presupuesto que es un “fracaso eficiente” y muchas otras te conduce a un descubrimiento que es clave en el avance del diseño del producto. Pero siempre consigue que el equipo adopte una herramienta que es una palanca para el éxito en un futuro próximo. A poco que hagáis con un sprint habéis avanzado en el descubrimiento de una necesidad real.
Así es como Sprint consigue transformar a las personas que forman parte de este proceso. Una vez que has participado en este tipo de experiencia de innovación no vuelves a ser el mismo, tiendes a diseñar experimentos en todas las actividades que te propones :)


Estructura del método

El trabajo se divide en los 5 días del proceso en los que:

  • Lunes: se alcanza una comprensión del problema profundo y un objetivo concreto

  • Martes: se da cabida a la diversidad y divergencia de ideas de cada miembro del equipo

  • Miércoles: se decide un boceto de solución con el que todos los participantes están de acuerdo

  • Jueves: se conceptualiza un prototipo rápido y barato en tan sólo un día

  • Viernes: se sale a la calle y se expone éste al potencial cliente a ver qué pasa

No te cuento más por ahora, sólo recordarte que he preparado un curso sencillo por email sobre el método Sprint que te ahorra mucho tiempo. ¿Quieres leerlo? Pues ¡Has de suscribirte en el siguiente enlace!

Accede al libro resumen Prototipado con agilidad. Guía breve de 25 páginas.